La luthería, el arte de trascender a través de la música

Fundación Salvi y el Cartagena Festival de Música llega al país la primera escuela de formación en este oficio. EL HERALDO conversó con los coordinadores del programa y maestros luthiers italianos.

Definido como uno de los artes predilectos para fortalecer la paciencia, la luthería se presenta al mundo en su historia más reciente con la frescura de haber cumplido formalmente 500 años de haberse declarado como oficio.

Y es que en la composición de responsabilidades que esta asume, se le atribuyen facultades humanas, las cuales le cargan específicamente de sensibilidad y pasión, dos atributos que acompañados de una medida justa de disciplina y determinación logran resultados realmente maravillosos.

Para quienes deciden con valor dedicarse a este oficio de manos de artesanos, parece que la flaqueza no les es permitida, sino que por el contrario, se les invita desde el primer momento a transformar la debilidad en creatividad y audacia.

Herramientas que sin duda serán fundamentales para ejecutar con dignidad la labor de construir, reparar y ajustar las cuerdas flotantes y los cuerpos de los instrumentos que por medio del sonido de la música trascienden al tiempo.

La ciencia del sonido
Una expresión artística tan compleja como la música, demanda la necesidad de profesionales dedicados a la construcción de instrumentos como el violín, el violonchelo, viola, contrabajo, entre otros que marcan la pauta en la cámara de lo clásico.

Su construcción artesanal está muy asociada a la observación y la transformación de la madera, la escultura al momento del tallado o el matizado de colores y la elaboración de barnices.

Por lo que sin ser cosa menor termina por requerir una alta concentración creativa y observación de la naturaleza; siendo una labor retribuida al disfrutar de las melodías emitidas por los instrumentos labrados con paciencia y dedicación.

Asimismo, la selección de las maderas es uno de los elementos más importantes para determinar la calidad del sonido de un instrumento, por ello se emplean maderas antiguas y secadas de forma natural. Entre las más utilizadas se encuentran el arce, abeto y ébano.

En este proceso las herramientas empleadas en su mayoría son creadas por los propios artesanos, ya que la especificidad de su labor lo requiere, adaptando y creando constantemente nuevos utensilios.

Es así como el ajuste y la calibración son elementos imprescindibles para los músicos, por ello un luthier debe identificar las necesidades de adaptación entre un instrumento y su ejecutante, acompañándolo tanto en su etapa de aprendizaje como profesional.

Una escuela en Colombia
En la historia de la luthería, existen maestros de renombre como Stradivarius y Stainer, que han dado origen a las escuelas más famosas de constructores de instrumentos, como la Escuela de Cremona de Italia, Escuela Mittenwald de Alemania y la Escuela de Mirercourt en Francia.

Sin embargo, pese a la relación existente entre la música de cámara y Colombia en su creación de piezas propias y la interpretación de las obras de academia, en el país el oficio de la luthería es realmente raro.

Tanto así que actualmente no existe en el país ningún sello registrado de fabricación y reparación de este tipo de instrumentos de cuerdas flotantes. Por ello, ante el crecimiento de los intereses de la música clásica apoyado en la promoción del Cartagena Festival de Música, que cumple en esta versión 18 años, crear un espacio de formación en la luthería.

Este proyecto que nace de la Fundación Salvi, liderada por Julia Salvi y que se conecta el festival tiene como objetivo principal promover no solo la presentación musical como una opción cultural, sino el oficio de la música visto también desde la construcción y reparación.

Diana Arévalo, coordinadora del programa de tecnología en construcción y reparación de instrumentos de cuerda flotada, arrancó la conversación mencionando la importancia de este oficio para la música.

“La luthería es una arte que se ha consolidado en el mundo como uno de los trabajos artesanales con mayor valoración, y es que sin pretender ser un asunto menor este requiere de gran dedicación y de un manejo especial de materiales”.

Si bien la historia de Diana está mediada por la música ya que ella es maestra y violinista, también es clara en mencionar que para ella hubiese sido provechoso poder tener en Colombia una escuela de luthería.

“La escuela surge con el propósito de seguir moviendo la cultura musical en el país, de hecho era algo que nos hacía falta y que ahora es una realidad, en la que los estudiantes pueden aprender aquí mismo sobre fabricación”.

Extendido al Caribe

Uno de los aspectos más valiosos en todo el proceso académico que promueve la investigación y la creación es la extensión del programa a otras regiones del país, ya que este a pesar de surge en Ibagué por ser considerada la capital musical de Colombia.

“Ahora este espacio de formación también está en Cartagena, y es que se hacía más que necesario que esta siendo la sede del festival de música tuvieran este programa académico que llega directamente a fortalecer la cultura”.

Para estos procesos de capacitación se prioriza la atención personalizada de los grupos focales de los docentes, los cuales intentan trabajar de la forma más intensiva ya que cada taller requiere de muchísima práctica.

Dentro de las opciones que se brindan es que a partir de alianzas con cooperación internacional se han construido relaciones con academias de alto reconocimiento y prestigio como lo es la de Cremona, Italia.

Actualmente, apoyando toda esta labor están dos maestros luthiers en el país, los cuales vinieron desde Italia a capacitar a los estudiantes en su arte.

Belleza que perdura

A su turno, Elena Bardella y Daniele Renzi, maestros Luthiers italianos de la Escuela Internacional de Luthería de Cremona, Italia, comenzaron conversando acerca de lo que ellos consideran básicos para dedicarse a este oficio.

“La luthería es un oficio que por su perdurabilidad en el tiempo se convierte en un saber puntual, y las labores de los maestros es preservarlo considerando que este debe ser resguardado por medio del respeto”, coincidieron ambos maestros.

Por otra parte, sobre los proyectos que se emprenden desde la luthería, estos señalan la variabilidad de los procesos, ya que al crear siempre se deja parte del alma en los instrumentos y que en la cultura italiana se cree que también esto influye en los sonidos.

“Fabricar cualquier instrumento de cuerda flotante requiere un gran esfuerzo, se puede durar hasta un año completo y es un trabajo de mucha prueba y error, por lo que la paciencia es fundamental para enfrentar las contingencias que aparezcan”, destacó la maestra Elena.

Ya entrados en la conversación, los luthiers resaltaron el gran futuro en el oficio que han encontrado en Colombia, pero particularmente en el Caribe, como punto de encuentro de saberes.

“En Colombia hemos encontrado muchísimo talento, es impresionante la sensibilidad con la que los estudiantes proyectan el arte de la fabricación de los instrumentos, y en particular en el Caribe hay muchas condiciones que favorecen, sin duda el mar como fuente de inspiración al movimiento de la madera y posterior del sonido influye”, dijo el maestro Renzi.

Finalmente, dentro de los próximos proyectos que posee la escuela de maestros luthiers en Colombia es continuar mostrando el oficio como un arte y consolidar el primer sello de fabricación y reparación de instrumentos de cuerda flotante del país, y que salga desde Cartagena.

Fuente: https://www.elheraldo.co/sociedad/la-lutheria-el-arte-de-trascender-traves-de-la-musica-1071429

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